Y seguimos con que las modas se repiten. ¿Quién de Zaragoza no ha ido a las Armas a comer en las furgonetas esas tan pichis, comida carísima?
Pues en Copenhague estaba lo mismo, pero dentro de una antigua nave industrial, con estuficas por los rincones, que allí hace buena rasca.
Muchos sitios de comida exótica e internacional. Pero no, no nos volvamos loquichuelis, yo fui a por la hamburguesa.
FatBurger se llamaba la hamburguesería, y la hamburguesa también. ¿Hamburguesa gordo?, ¿hamburguesa grasa? De todas formas, me enamora.
FatBurger se llamaba la hamburguesería, y la hamburguesa también. ¿Hamburguesa gordo?, ¿hamburguesa grasa? De todas formas, me enamora.
Me costó 75 coronas danesas. Unos 10 euris. Y llevaba lo típico, queso, bacón, cebolla roja, lechuga, tomate, mayonesa y ketchup. Normal y corriente, pero la hamburguesa era gordota.
Estaba buena, aunque lo dicho, bien, normal. Pero cenamos a la luz de la vela, ¡qué romántico!
Luego enganche el tenedor, y a gorronear del coreano de mis amigas. Sí, me había equivocado en mi elección.
La vida es muy dura a veces.
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