Aquí se ve mi cajón del café. Con los cafés. Lo de la taza es lo de menos. Es que la mayoría del tiempo está fuera. En la mesa. Digo. Hay unas pastillas que no sé qué son. Estaban ahí un día. No las toco por si acaso. Tengo dos tipos de cápsula. De Nespresso y de Dolce Gusto. Mi ehrmano me regaló una Dolce. Para Reyes. O para mi cumple. Yo qué sé. Total, da igual. ¿No? Pues eso. Me regaló una cafetera. Pero la Nespresso es mejor. Y en el trabajo uso Nespresso. Por eso tengo dos modelos de cafeteras y cápsulas. Y tengo las de casa por si me olvido de comprar Nespresso. Que está más ricas. Pero las compro cuando me sale el bono. El de la gasolinera. La del Carrefour del Actur. Que sólo echo ahí. Que dan bonos. Y así compro café. Y cocacolas para el local. El del grupo. Pero eso para otra entrada. Que esta va de café. Si fuera de cafeína pues hablaría de las cocacolas. Las del local. Porque el café tiene cafeína. Y la cocacola también. Pero como esta entrada es de café, no diré nada de cocacolas.
He grabado un vídeo. Para que se vea lo del café. Por qué no abro. No sé si se oye. Es que no puedo reproducirlo. Pero se ve. A mí me molesta. Bastante. Tampoco tanto. Un seis en la escala. Sobre diez. Obvio.
Bueno vuelvo al trabajo. Físicamente no. Que no me he movido. Digo de actividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario