Pues nos fuimos pa Mallorca... Concretamente a Magaluf. Y acabamos en medio de Jersey Shore.
De verdad os lo digo, sentía que en cualquier momento acabaría arrestada por escándalo público, enrollándome con mi amiga o en medio de una pelea jankee. Quizá sea la imaginación, quizá que me he chupado todos los capítulos de ese magnífico reality.
Las luces de neón y los carteles anunciando hamburguesas nos absorbían, cada cual más grande que el anterior.
Los guiris borrachos, desfasando y revolcándose por el suelo, con ganas de ligar. Nosotras solo queríamos comer, comer, comer. Las copichuelas y el desfase llegaron después, pero eso ya es otra historia, no apta para todos los públicos. ¡Cotillas, que sois unos cotillas!
Total, que era todo carísimo, y hasta los camareros eran guiris. Dimos una vuelta y acabamos en el único en el que había un español detrás de la barra.
El Alex's se llamaba. Mira que era hortera el hijo puta. Pero, ¡¡ayyy las lucecicas!! Las lucecicas nos atraían, y así con la tontería nos sablaron 6.50€ por esta puta mierda de hamburguesa.
La mía era de pollo rebozada con las típicas chorradas que llevan las hamburguesas. Ni siquiera nos llenó y tuvimos que ir a por un kebap después.
Si queréis alcoholizaros y cenar marranadas sin sustancia, id a Magaluf. Si queréis cenar bien de verdad, no salgáis de casa, y pedid al Just Eat.
¿Pero qué sosez de vida es esa?
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