lunes, 6 de junio de 2016

Huevos rotos y puntillas (Casa Buisán)

Casa Buisán, de los clásico del Tubo. Recuedo cuando era joven, que me llevaron mis señores padres. Me puse toh gochi y no me gasté los oros. Eran buenos tiempos.

La terracica es una monada. Los camareros unos gruñones. El yin y el yang, será, digo yo.

Pedimos unas puntillas y unos huevos rotos con jamón. Las puntillas increíbles, crujienticas, riquísimas, con los pimientos de padrón que le dan buen saborcete. Los huevos rotos, pues bien, sin más. Las patatas cortadas rollo Lays tienen su punto.

Es caro, sí, pero los caprichos de princesa se pagan. Y otra cosa no, pero la señora Salamero, princesa, es un rato largo.

PD: ¡Precaución, amantes de la cerveza! Lo del jardín y los árboles está muy bien, y es monísimo, pero yo diría que la mierda esa verde que les gusta expulsar, normalmente en el interior de tu jarra, no combina demasiado con la cerveza. Llamadme loca.

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