Descubrí esta mierda tan adictiva en aquel loco y apasionante viaje a Polonia, cuando lo llamábamos Skichers, y hubo una época en la que me llegaban a casa por carta desde Inglaterra.
Ahora han llegado a España, seguramente hace bastante tiempo. Pero cada cual va a su ritmo...
Sólo por la belleza de sus colorines ya merece la pena comprarlos, pero es que además son más puto adictivos que las pipas.
El rojo y el verde cojonudos. El morado caca.
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