Una de esas noches locas en las que no subes a la Magdalena.
Una de esas noches locas en las que escuchas las recomendaciones de tus padres.
Una de esas noches locas en las que bebes cerveza con limón.
El rincón del gusto, se llamaba. En el Actur.
Croqueta de bacon, pollo, jamon york, jamón serrano, queso y no sé qué mierdas más. Cualquiera se resiste... Pues no, no sabía a nada. La otra tapa era pechuga de pollo rebozada, y rellena de... ¿adivináis de qué? Pues, mismo sabor, misma mierda. Las bravas buenísimas, todo hay que decirlo.
Frío, que cruel eres, con la comida no se juega.
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