sábado, 1 de abril de 2017

Kaffee & Kakao.

Desayunos rancios en Budapest pues en un estanco nos sacamos unos batidos y unos cafés.

El batido, batido era.
El café era una mierda que solo sabía amarga. Hija mía no podemos permitirnos unos huevos rotos somos pobres de mierda.

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