De esto que todo el mundo me decía "tienes que ir al mejicano de las Delicias", " te encantará el mejicano de las Delicias"...
Pues pa allí que fui, un domingo de estos con pocas horas de sueño encima, pero muchas ganas de ponerme toh gochi.
Y me ocurrió lo mismo de siempre, cuando todo el mundo comenta algo. Lo pintaron tan estrambótico y loco, que por mucho que lo era, esperaba más.
Lo de siempre, una barra repleta de baratijas del todo a cien. De España y de México, todo combinado, supongo. Con cosas bien variadas, calaveras de animales, cárteles de los típicos restaurante de carretera, figuritas varias... En fin, un show del síndrome de Diógenes.
La señora, a la que yo había imaginado vestida con faldeta mexicana y cantando rancheras de manera dicharachera, resultó ser bastante seca y arisca. Pero es que además, iba vestida como una yonki de los 90, riñonera incluida. Y unos cascos colgados todo el rato del cuello, que cada vez que servía un nuevo plato, temía acabar alimentándome de su cera.
Para empezar nos pedimos una sangría de tequila, de un geme de altura. ¡Un puto geme de sangría! ¡Un jodido domingo al medio día! Así de fuerte vamos, chavales. Y estaba muuuy rica. Sabía bastante a frutitas y poco a vinacho.
Pal medio, unos nachos con quesos, frijoles y una salsita al fondo, muh ricos, muh ricos. Lo que más. Y además, en una cazoleta otra salsita bien picante la hija de puta. Cosas de mejicanos...
Me comentan por el pinganillo, desde la línea 2, que para resumir los nachos, sólo una palabra: "Guaaaaooo". A saber...
Luego pedimos unas quesadillas de ternera, que llevaban en mitad del plato dos sticks de queso y unas patatas fritas. Todo ello, congelado de bolsa. No entiendo que tienen de mejicano, pero cada cual a lo suyo... Y además un arroz blanco, y un pegote de ensalada que ni probé. Las quesadillas como tal, muy riquiñas, el resto, para mi gusto, no pintaba nada ahí.
Y también unas gorditas que se ve que eran de pollo. Es que yo no distinguía bien el pollo de la ternera. Menos mal de la línea dos. Otra vez con idénticas ensalada y patatas. Pues nos gustaron mucho mas las quesadillas que las gorditas. La textura del pan era algo extraña.
En general, está bien. Más mejicano que otros a los que he ido. Pero tampoco es nada del otro mundo, para la fama que tiene...