Tres horas y media de bus y el puto euskadi me recibe lloviendo a mares.
Por darle un poco la vuelta a la cosa, me pillo una cerveza. San Sebastián, dame fuerte con lo mejor que tengas!
Y me encuentro un caldo (perdon, kaldo) suave, con una aspereza deliciosa al final, es cierto, pero por algún motivo no dejo de pensar en heineken, y eso me incomodo profundamente.
Se acaba y la sed se calma, las ganas de mear aumentan y me parece todo bastante bien.
Si, supongo que era cerveza, al fin y al cabo
lunes, 12 de octubre de 2015
Cerveza k keler
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